LA APARIENCIA FÍSICA

Parece mentira que hoy en día, aún estando en el siglo XXI, le demos tanta importancia a lo que la población ve y piense de nosotros. Nos dejamos llevar por la apariencia física para hacer un juicio moral hacia las personas, sin conocer realmente como son y lo que aguardan en su interior… Lo más importante de una persona se esconde debajo de esa imagen que exponemos al mundo. En muchas ocasiones estamos perdiendo la oportunidad de conocer a una persona solo porque de primera vista nos causa desagrado. Desgraciadamente pasa muy a menudo estos tipos de casos, lo vemos día a día, inclusive nos pasa a nosotros mismos, porque ¿Quién no se deja llevar por la imagen que expresa una persona? Todos somos culpables alguna vez en nuestra vida de hacer juicios, ya que son involuntarios y aparecen solos, pero debemos darnos la oportunidad de dejar de lado esos sentimientos, y conocer a una persona interiormente, porque seguro que te hubieras arrepentido si no le hubieras dado trance a conocerlo. Por lo tanto hay que darle más paso al interior, porque al fin y al cabo eso es lo único que permanece en nosotros cuando fallecemos.

En efecto, algunos trabajos requieren una apariencia física favorable, como sucede en la profesión de modelo, donde la belleza a menudo se asocia con la extrema delgadez. Sin embargo, esta percepción no se limita solo a esa profesión; también se refleja en la sociedad en general. Es importante reconocer que la delgadez no es automáticamente sinónimo de belleza. A veces, la presión social nos lleva a extremos, como dejar de comer para adelgazar y cumplir con los estándares de belleza impuestos por la sociedad. Pero, ¿por qué permitir que las opiniones ajenas dicten nuestra percepción de nosotros mismos? 

No deberíamos llegar al punto de poner en riesgo nuestra salud por cumplir con ideales superficiales. Además, la obsesión por el cuidado del cuerpo puede aislarnos y afectar nuestras relaciones sociales. Descuidar los estudios o dejar de prestar atención a nuestros amigos debido a la preocupación por la imagen corporal es contraproducente. Es lamentable que nos sintamos cohibidos por nuestra apariencia en diferentes situaciones y lugares. Sin embargo, debemos recordar que nuestro cuerpo y nuestra vida nos pertenecen. No debemos permitir que los juicios superficiales de los demás nos afecten. En última instancia, debemos estar bien con nosotros mismos, sin preocuparnos excesivamente por la opinión ajena, ya que solo nosotros podemos evaluar la imagen que proyectamos al mundo.

Blog de ENMENTE PSICOLOGOS sobre "No me gusta mi cuerpo"